Estás frente a mí. Cabreado.
Esta vez es como si viera una película... donde estamos tú y yo.
No se escucha nada, pero estás hablándome porque tu boca se mueve gesticulando palabras...
Violencia.
Empiezas a mover los brazos amenazantes. Yo sólo te miro con la boca cerrada, sin moverme... y es que tengo los pies pegados al suelo... y los brazos pegados a mi cuerpo... no puedo moverme, no puedo apartar la mirada ni cerrar los ojos...
Angustia
Te enfadas porque no te contesto... y entonces, lentamente, acercas tus manos a tu cara. Comienzas a temblar, tu respiración se acelera... te arrancas un ojo de cuajo.
Lo agarras con los dedos con fuerza y gritas desesperadamente. Sigo sin oir nada... no oigo nada... solo veo... solo te veo llorar, sufrir... gritar... la sangre te cae a chorros por toda la cara, goteando en el suelo... apretas con fuerza ese globo blanco y viscoso que tienes en la mano... y entonces estalla... decenas de pedacitos blancos y blanditos saltan por los aires y algunos trozos se me pegan en la ropa...
Huele a sangre.
Me miras fijamente cual cíclope... empiezo a ponerme nerviosa... mi cuerpo no se mueve, sigo sin escuchar nada, no puedo dejar de mirarte... y me miras.
Intensamente... clavas tu ojo en mí... y de pronto lo veo: DECEPCIÓN.
Te he decepcionado tan hondo que cuando gritas veo cómo tu corazón se asoma por tu garganta...
SUELTO UN GRITO DESGARRADOR. GRITO. GRITO DESESPERADAMENTE. YA ME OIGO...
Tú me oyes pero no dices nada... cierras tu boca y te limpias la sangre de la cara con las manos.
Todo empieza a dar vueltas... estamos en medio de un huracán...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario