
martes, 4 de septiembre de 2007
II. REENCUENTRO
Estás frente a mí. Cabreado.
Esta vez es como si viera una película... donde estamos tú y yo.
No se escucha nada, pero estás hablándome porque tu boca se mueve gesticulando palabras...
Violencia.
Empiezas a mover los brazos amenazantes. Yo sólo te miro con la boca cerrada, sin moverme... y es que tengo los pies pegados al suelo... y los brazos pegados a mi cuerpo... no puedo moverme, no puedo apartar la mirada ni cerrar los ojos...
Angustia
Te enfadas porque no te contesto... y entonces, lentamente, acercas tus manos a tu cara. Comienzas a temblar, tu respiración se acelera... te arrancas un ojo de cuajo.
Lo agarras con los dedos con fuerza y gritas desesperadamente. Sigo sin oir nada... no oigo nada... solo veo... solo te veo llorar, sufrir... gritar... la sangre te cae a chorros por toda la cara, goteando en el suelo... apretas con fuerza ese globo blanco y viscoso que tienes en la mano... y entonces estalla... decenas de pedacitos blancos y blanditos saltan por los aires y algunos trozos se me pegan en la ropa...
Huele a sangre.
Me miras fijamente cual cíclope... empiezo a ponerme nerviosa... mi cuerpo no se mueve, sigo sin escuchar nada, no puedo dejar de mirarte... y me miras.
Intensamente... clavas tu ojo en mí... y de pronto lo veo: DECEPCIÓN.
Te he decepcionado tan hondo que cuando gritas veo cómo tu corazón se asoma por tu garganta...
SUELTO UN GRITO DESGARRADOR. GRITO. GRITO DESESPERADAMENTE. YA ME OIGO...
Tú me oyes pero no dices nada... cierras tu boca y te limpias la sangre de la cara con las manos.
Todo empieza a dar vueltas... estamos en medio de un huracán...
Esta vez es como si viera una película... donde estamos tú y yo.
No se escucha nada, pero estás hablándome porque tu boca se mueve gesticulando palabras...
Violencia.
Empiezas a mover los brazos amenazantes. Yo sólo te miro con la boca cerrada, sin moverme... y es que tengo los pies pegados al suelo... y los brazos pegados a mi cuerpo... no puedo moverme, no puedo apartar la mirada ni cerrar los ojos...
Angustia
Te enfadas porque no te contesto... y entonces, lentamente, acercas tus manos a tu cara. Comienzas a temblar, tu respiración se acelera... te arrancas un ojo de cuajo.
Lo agarras con los dedos con fuerza y gritas desesperadamente. Sigo sin oir nada... no oigo nada... solo veo... solo te veo llorar, sufrir... gritar... la sangre te cae a chorros por toda la cara, goteando en el suelo... apretas con fuerza ese globo blanco y viscoso que tienes en la mano... y entonces estalla... decenas de pedacitos blancos y blanditos saltan por los aires y algunos trozos se me pegan en la ropa...
Huele a sangre.
Me miras fijamente cual cíclope... empiezo a ponerme nerviosa... mi cuerpo no se mueve, sigo sin escuchar nada, no puedo dejar de mirarte... y me miras.
Intensamente... clavas tu ojo en mí... y de pronto lo veo: DECEPCIÓN.
Te he decepcionado tan hondo que cuando gritas veo cómo tu corazón se asoma por tu garganta...
SUELTO UN GRITO DESGARRADOR. GRITO. GRITO DESESPERADAMENTE. YA ME OIGO...
Tú me oyes pero no dices nada... cierras tu boca y te limpias la sangre de la cara con las manos.
Todo empieza a dar vueltas... estamos en medio de un huracán...
lunes, 3 de septiembre de 2007
Muerte en el Ganges

Un río que me transmite una paz cegadora... mi mente olvida el tiempo.
El agua está caliente. Colores naranjas se ciernen en este cielo angustioso.
Calor... hace tanto calor aquí...
Ya me veo. Estoy caminando sobre las aguas. Semblante serio, pelo suelto. Labios sellados, mirada al frente, perdida en el horizonte.
Me veo de frente... como si otra yo me grabase con una cámara... y yo en movimiento voy andando balanceando los brazos con suavidad a cada paso.
Llevo un vestido que baila con el viento.
Estoy andando sobre las aguas del Ganges. El agua parece sujetarme con fuerza. Solo apoyo la planta de mis pies sobre el río.
Sensación de una paz cegadora... me estoy volviendo loca aquí. Hay algo que no me gusta... siento soledad... pero paz... silencio. Mucho silencio.
De pronto me doy cuenta de porqué está tan sólida el agua. Mis pies no tocan directamente el río, voy caminando sobre cuerpos desnudos, sobre cientos de muertos que flotan bocabajo en el agua.
Les voy apartando con mis pies a medida que avanzo... les veo sin vida y mi cuerpo sigue caminando ajeno a todo.
Siento el dolor del mundo dentro de mi mente... mi corazón está encogido... esta paz me está matando... quiero salir de aquí pero no puedo dejar de caminar.
Bendito Ganges, fuente de mis desvelos y del misticismo más profundo de mi corazón... Flor de Loto, mi canción favorita... y aquí me encuentro con rumbo pero tan sola...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)